“El progreso es imposible sin el cambio y aquellos que no pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada”, aseguraba el dramaturgo irlandés Bernard Shaw a finales del siglo XIX, toda una institución del inconformismo y de la extravagancia.
“El progreso es imposible sin el cambio y aquellos que no pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada”, aseguraba el dramaturgo irlandés Bernard Shaw a finales del siglo XIX, toda una institución del inconformismo y de la extravagancia.