Las nuevas sanciones contra Bielorrusia amenazan con interrumpir la cadena de suministro

El tráfico de mercancías entre Asia y Europa vuelve a estar en el ojo del huracán. Los transportistas y transitarios que utilizan las rutas ferroviarias han sido advertidos de potenciales interrupciones, a medida que aumenta la presión política a raíz del reciente desvío de un avión de pasajeros para el arresto del periodista bielorruso Román Protasevich.

El enormemente controvertido incidente del mes pasado, en el que un vuelo de Ryanair de Atenas a Vilnius se desvió bajo escolta militar a Minsk, ha llevado hasta ahora a la UE a prohibir a los transportistas europeos sobrevolar el espacio aéreo bielorruso.

Asimismo, la UE también se está preparando para imponer sanciones al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, así como a miembros clave de su régimen y a varias empresas estatales.

FIATA lanza la voz de alarma

Analizando la evolución del conflicto, la Federación Internacional de Asociaciones de Transitarios (FIATA) ha advertido a sus miembros que esto podría tener implicaciones significativas para las cadenas de suministro de Asia y Europa.

“Bielorrusia es un corredor ferroviario clave y las interrupciones de esta ruta pueden tener un impacto significativo en el puente terrestre euroasiático, ya que el corredor que pasa por Bielorrusia ocupa el 80 por ciento de la capacidad de carga ferroviaria entre Europa y Asia”, apuntan.

“Si estas sanciones se extienden al cierre de rutas terrestres, se esperan grandes interrupciones. Bielorrusia tiene una importante red de carreteras, que incluye corredores de tránsito internacionales que unen la UE con Rusia, Asia Central y China. También conectan los estados bálticos con el Mar Negro”.

La situación aún se está desarrollando, pero las crecientes tensiones entre las regiones crean riesgos de cierre de fronteras y pueden debilitar la posición del transporte de mercancías, según adelanta la federación.

“Por lo tanto, los transitarios deben permanecer alerta sobre el impacto potencial que las nuevas sanciones contra Bielorrusia podrían tener en el comercio y la logística internacionales”, concluyó.

Dejar a la cadena de suministro fuera de la política

Respecto a esta situación, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha reclamado que la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) mantenga una separación crítica entre política y las cuestiones de seguridad en la aviación.

Si bien IATA condenó las acciones del gobierno de Bielorrusia, para la organización prohibir que las aeronaves europeas utilicen el espacio aéreo bielorruso con una Directiva de seguridad también es una politización de la seguridad de la aviación.

“Este es un avance retrógrado y decepcionante. La EASA debería rescindir su prohibición y permitir que las aerolíneas gestionen la seguridad como lo hacen todos los días, con sus evaluaciones normales de riesgo operativo”, señalaban.

Así, para IATA “dos errores o hacen un acierto” porque la política “nunca debe interferir con la operación segura de las aeronaves y los políticos nunca deben usar la seguridad de la aviación como una tapadera para perseguir agendas políticas o diplomáticas”, dijo Willie Walsh, director general de IATA.

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