El sector marítimo continuó con su tendencia positiva de seguridad a largo plazo durante el año pasado, pero la invasión rusa en Ucrania, los problemas relacionados con buques cada vez más grandes, las crisis con las tripulaciones y la congestión portuaria, y los desafiantes objetivos de descarbonización, no dejaron lugar a la complacencia, según el informe Safety & Shipping Review 2022 de Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS).
«El sector marítimo ha demostrado una enorme resiliencia en los últimos años, como demuestra el auge que vemos hoy», afirma el capitán Rahul Khanna, director global de Consultoría de Riesgos de Marine en AGCS. «Las pérdidas totales están en mínimos históricos: entre 50 y 75 al año en los últimos cuatro años, frente a las más de 200 de los años 90.
Mientras tanto, la trágica situación en Ucrania ha provocado una perturbación generalizada en el Mar Negro y más allá, exacerbando los problemas de las cadenas de suministro, la congestión portuaria y la crisis de las tripulaciones causada por COVID-19 . Al mismo tiempo, algunas de las respuestas del sector al auge del transporte marítimo, como el cambio de uso o la prolongación de la vida útil de los buques, son también puntos de atención. Mientras tanto, el creciente número de problemas a los que se enfrentan los grandes buques, como los incendios, las encalladuras y las complejas operaciones de recuperación, sigue siendo un reto para los armadores y sus tripulaciones”.
El impacto de la guerra en la Ucrania en la seguridad y los seguros
El sector marítimo se ha visto afectado en varios frentes por la situación en Ucrania, con la pérdida de vidas y barcos en el Mar Negro, la interrupción del comercio y el aumento de las sanciones. También se enfrenta a retos en las operaciones diarias, con efectos colaterales para la tripulación, el coste y la disponibilidad del combustible, y el potencial de un mayor riesgo cibernético, aseguran desde Allianz.
Qué pasa si la guerra sigue
La situación también tiene otras ramificaciones para un sector que ya se enfrenta a la escasez. Los marineros rusos representan algo más del 10 por ciento de los 1,89 millones de trabajadores mundiales del sector, mientras que alrededor del 4 por ciento proceden de Ucrania. Pueden luchar por volver a casa o unirse a los barcos al final de sus contratos.
Mientras tanto, es probable que un conflicto prolongado tenga consecuencias más profundas, pudiendo reconfigurar el comercio mundial de energía y otras materias primas. La ampliación de la prohibición del petróleo ruso podría contribuir a elevar el coste del combustible para transporte y afectar a su disponibilidad, lo que llevaría al uso potencial de combustibles alternativos. Si su calidad está por debajo de los estándares actuales, esto podría dar lugar a siniestros por avería de maquinaria en el futuro. Al mismo tiempo, las agencias de seguridad siguen advirtiendo de una creciente perspectiva de riesgos cibernéticos para el sector marítimo, como la interferencia del GPS, la suplantación del Sistema de Identificación Automática (AIS) y la interferencia electrónica.
«Es probable que el sector de los seguros vea una serie de reclamaciones relacionados con las pólizas de guerra para los buques dañados o perdidos por las minas marinas, los ataques con misiles y los bombardeos en las zonas de conflicto», explica Justus Heinrich, director de Productos Globales, Casco, en AGCS. «Las aseguradoras también pueden activarse en las pólizas marítimas con cobertura de guerra para los buques y la carga bloqueados o atascados en los puertos y aguas costeras de Ucrania».
La evolución de las sanciones contra los intereses rusos supone un gran reto. La violación de las sanciones puede dar lugar a medidas severas, mientras que el cumplimiento puede ser también una carga considerable. Las sanciones se aplican a varias partes de la cadena de suministro del transporte, incluyendo a los bancos y los seguros, así como los servicios de apoyo marítimo, lo que hace que el cumplimiento de las sanciones sea aún más complejo.