Picos oscilantes por temporadas, rápidas variaciones de una colección de ropa a otra y un sector con diferentes procedimientos de producción implementados internacionalmente. Son pocos los mercados que dependen tanto de la adaptabilidad y eficacia de los recursos logísticos como el de la distribución textil y de la moda, lo que se ha intensificado con el aumento del comercio electrónico durante la pandemia.