El Brexit mantiene muchas incertidumbres entre los profesionales de la carretera

El puerto de Dover ha sido testigo de algunos de los problemas ocasionados por el Brexit.

Con un inicio de año desastroso por la fiebre importadora inglesa y por los primeros problemas burocráticos, cabe preguntarse si los próximos meses serán tranquilos para el transporte por carretera o volveremos a ver colas kilométricas de profesionales retenidos esperando a hacer su trabajo: entregar unas mercancías en tiempo y forma. En el último número de Todotransporte analizamos la situación.

El 24 de diciembre de 2020, apurados por la inminencia de las campanas navideñas, las autoridades de la UE y los representantes legales de Gran Bretaña firmaban “in extre­mis” el Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Reino Unido para llegar, antes de fin de año, a algo que no fuera un Brexit duro. Lo que todos sabían que iba a ser una auténtica pesa­dilla, un mal para todos.

Pero después de la firma del acuerdo, tres meses después, ¿cómo van las relaciones comerciales entre el Reino Unido y el resto de Europa? ¿Quién gana, quién pierde? ¿Hay perspectivas de cambio a corto plazo? Las empresas transportistas españo­las que decidieron hace meses dejar de trabajar con el Reino Unido ¿se equivocaron o se ahorraron un montón de dolores de cabeza?

La mayoría de los transportistas españoles que des­cargan y cargan habitualmente en Gran Bretaña señalan que, ahora, se trabaja con cierta normali­dad, pasada la crisis de final de 2020 y principios de 2021, cuando las empresas británicas cayeron en el pánico de la acumulación ante posibles eventualida­des y restricciones. Lo cierto es que las colas kilomé­tricas de camiones esperando a acceder a las carre­teras del Reino Unido de principios de este año no se han vuelto a producir. Eso quiere decir que algo va bien.

Sin embargo, el acuerdo comercial firmado con la UE se aplicaba provisionalmente hasta el 28 de febrero de este año, pero, vista la incapacidad por ambas partes de prever todas las aristas y con­secuencias de una decisión tomada por el Reino Unido hace ni más ni menos que casi cinco años, se aplazó en un primer momento hasta el 30 de abril.

Según el Colegio Oficial de Agentes de Aduanas y Representantes Aduaneros de Barcelona, el Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Reino Unido a estas alturas no está del todo cerrado o acordado por lo que “podrían producirse modificaciones del Acuerdo porque existen aspec­tos que aún están en fase de negociación entre la UE y UK”. Después de cinco años de “preparación y previsión”, todavía estamos a tiempo de que las cosas empeoren.

Por el momento sabemos que hay formalidades para la importación y formalidades diferentes para la exportación, las DUA de importación o exporta­ción, que han generado confusión en las dos ori­llas del canal en muchos importadores y exportado­res que no lo tenían suficientemente preparado. Por otro lado, aunque el Reino Unido no ha fijado aran­celes para los productos importados de Europa, sí se han establecido controles administrativos y de inspección en la frontera, aunque estos últimos, no se están aplicando de forma temporal hasta el próximo mes de julio, según se acordó a principios de año.

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