En respuesta a las movilizaciones de los últimos meses en distintos puntos del país, Correos ha negado que exista un plan de privatización del operador postal público, reafirmando que su relación con Correos Express responde a “las habituales sinergias” y está delimitada por la normativa aplicable.
La empresa pública contesta así a las acusaciones vertidas en varias delegaciones de España, que durante esta semana han concentrado sus movilizaciones en Mallorca, comenzado por Manacor. Así, Correos niega rotundamente que se esté produciendo trasvase alguno de su actividad a la filial de paquetería urgente, rechazando al mismo tiempo que exista una previsión de pérdidas de 634 millones de euros para 2023.
El desplome del sector postal
A través de un comunicado, Correos ha apuntado que el 65 por ciento de sus ingresos, referentes a la actividad postal, se ha visto fuertemente afectado por la pandemia, con 560 millones de cartas menos que en 2019.
Sin embargo, no existe una previsión de pérdidas semejantes para 2023, tal y como han incidido desde la compañía, que apunta a que las pérdidas recogidas en el plan operativo anual en el ejercicio 2021 son de 77 millones.
Al respecto, Correos ha indicado que se encuentra inmerso en un proceso de transformación de su modelo de negocio que permita generar suficientes ingresos para revertir esta situación. Para ello contempla la diversificación de servicios, la internacionalización y una mejora de la eficiencia.
“Desayunos reivindicativos”
En el otro lado de la balanza, el pasado martes, los carteros de Baleares, junto con los delegados de CCOO y UGT, iniciaron una ronda de “desayunos reivindicativos” para anunciar el “desguace” de la empresa pública.
A través de estas acciones, los empleados del operador postal solicitan que el servicio público quede incluido en la agenda de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España.
Además de reclamar un servicio “sostenible, eficaz, moderno y eficiente”, los trabajadores han solicitado al Gobierno que defina su proyecto para Correos en lo que los sindicatos están denunciando como un plan de Juan Manuel Serrano, presidente de la compañía, para convertir a Correos en “un modelo logístico, de negocio puro, al servicio del mercado”.