Beatriz y Paloma Moro pasan a formar parte del órgano directivo de Bodega Matarromera. Darán así continuidad al legado familiar de las nueve bodegas con las que cuenta la compañía, que están presentes en seis D.O. españolas. Ambas residen fuera del país, pero eso no les ha impedido estar al día de lo que acontece en la empresa. Paloma, es profesora de Economía de la Empresa en la Universidad de Copenhague y cuenta con una amplia trayectoria en puestos de dirección de empresas internacionales, así como en la creación de empresas propias. Beatriz, vive en Georgia (Atlanta) y tanto su formación como experiencia profesional se ha centrado en la gestión de medios, relaciones públicas y marketing. Con su incorporación, se garantiza la sucesión como empresa familiar y se alcanza, además, la paridad de género en el máximo órgano de decisión de la compañía. «Lo mejor está por venir, como el mejor vino», augura Carlos Moro, cuyo objetivo es convertir Matarromera en una compañía agroalimentaria de referencia. Esa visión llevó a Carlos Moro a conseguir con la primera cosecha de Matarromera de 1994 el Premio al Mejor Vino del Mundo y la Gran Medalla de Oro en la International Wine Competition.